Que son los cuentos

Los cuentos son medios de comunicación, utilizados por todos/as en todos los ámbitos de la sociedad. Por ello, hay que tener cuidado con su utilización; puesto que su influencia es abrumadora.

Como cualquier medio de comunicación, la información que trata es relevante; no obstante hay que tener "pies de plomo con ella", ya que debe ser una información relevante que no genere el mismo conocimiento en todos/as. Sino que ayude, a crear en cada persona su propia percepción, respetando la de los/as demás. Por ello, la infomación que tratan los cuentos, debe ser revisada; durante mucho tiempo han perpetuado una información sexista hacia las mujeres (también hacia los hombres).

Debemos cambiar el curso de esto, con lo que os animo a participar en la mejora de la creación de cuentos, para educar a la sociedad en la perspectiva de género.

Disney

Disney
No les importa nada

Reflexión

¿Crees que los estereotipos sexistas se han eliminado?
Crear una educación sin igualdad, es crear una sociedad sin pensamiento, sin sentido, sin armonia, sin valor...

ACTIVIDAD

Primero os invito a crear un cuento, donde no se reproduzcan, como en los cuentos populares, los estereotipos y roles sexistas. Un relato, donde nadie sepa lo que va a ocurrir; porque no es habitual lo que desempeña cada personaje por su condición de sexo y género. Una historia que propague el pensamiento de que "eso es posible" y que se debe alcanzar en la vidad real (un cuento al reves).

Segundo, abro un espacio en el que expreseis vuestros pensamientos acerca de las incognitas que se han creado a lo largo de la historia con respecto a la figura de la mujer. Reproducidos continuamente en los cuentos de toda la vida (¿que ocurriria si...?).

También, creare entradas con contenidos para leer, participar, criticar...

lunes, 26 de abril de 2010

algunos cuentos coeducativos



Os presento un cuento coeducativo, en el que te da la oportunidad de terminar la historia como más te guste. Es un ejemplo de como los/as dodentes, cada vez mas se están interesando por cambiar la educación de las generaciones futuras a mejor.
El relato es presentado por el Colegio Ruta de la Plata, Sdad.coop. Santa Olalla del Cala (Huelva). La historia que presentan, es el comienzo y entramado para que la gente la termine como quiera.

Relato:
La lagartija Pepa y el lagartijo Emilio se conocían desde hacía muchos años. Los dos correteaban por el campo, jugaban al escondite entre las piedras o por detrás de los matorrales, se quedaban quietos tomando el sol encima de una roca o hacían carreras con sus amigos y amigas a ver quién llegaba antes a uno de los árboles que había en aquel lugar. Era un árbol precioso: una gran encina con unas enormes ramas que parecían estar saludando al suelo y al cielo a la vez.

Las lagartijas y lagartijos más viejos de por allí habían escuchado contar a sus abuelos y bisabuelos que aquella encina llevaba allí cientos y cientos de años y era para todos el árbol más deseado para vivir porque dentro de su gran tronco habían vivido muchos de ellos en cuevas pequeñas, grandes, alargadas, con muchas habitaciones, con pocas… ¡Todas las lagartijas y lagartijos soñaban con tener una cueva en la encina más bonita de toda la dehesa!

La lagartija Pepa, igual que su amigo Emilio, vivían cada uno en una cueva pequeña en una encina que tampoco era demasiado grande y que casi no tenía luz ni espacio suficiente. Pero… ¡claro! Irse a vivir a aquella gran encina donde las cuevas eran espaciosas y donde podían moverse a sus anchas por aquel tronco centenario… ¡Eso era sólo un sueño! CASA DE PEPA CASA DE EMILIO

A la lagartija Pepa le encantaba colocarse en una piedra que había muy cerca de aquel gran árbol, tomar el sol y desde allí mirarlo durante horas. Después le gustaba hacer una excursión que podía durar todo un día y recorrer su tronco, sus ramas, subir hasta la copa y luego bajar por otros caminos mientras se paraba a hablar con todas las lagartijas y lagartijos que se encontraba por el camino.

Por eso, el día que la vieja lagartija Juana –que vivía en la gran encina hacía muchos años –le dijo a Pepa que se había puesto enferma y que se iba a vivir a otra encina más pequeña con su hija, Pepa le preguntó enseguida si ella podría irse a vivir a la preciosa cueva que se quedaba libre. Juana le dijo que sí, que no había ningún problema .

Entonces Pepa-loca de contenta-corrió casi sin tocar el suelo, como hacen todas las lagartijas, hasta su casa de siempre en la otra encina muy pequeña y volvió como una exhalación cargada con todas sus cosas para colocarlas en su nueva casa.

La lagartija Pepa y el lagartijo Emilio siempre habían hablado de que algún día se irían a vivir juntos porque lo pasaban muy bien los dos y disfrutaban con las mismas cosas: tomar el sol, hacer carreras, leer libros de animales, acercarse al pueblo de al lado a ver a sus amigos que vivían por allí, charlar todos juntos, mirar juntos el atardecer, escuchar juntos el ruido de los truenos cuando llegaba una gran tormenta. P Y E

A sí que la lagartija Pepa pensó que este era el momento de decirle a Emilio si quería que vivieran juntos. La cueva era preciosa pero muy grande y entre los dos sería mucho más fácil de ordenar y de limpiar y además podrían compartir los atardeceres y los amaneceres que ahora cada uno contemplaba solo desde su cueva.

Emilio se puso contentísimo cuando Pepa se lo dijo y rápidamente fue a por sus cosas y las trasladó a esa nueva cueva que desde ahora sería de los dos. ¡Estaban contentísimos! Se estaba cumpliendo uno de los sueños de su vida: vivir en la gran encina y además… ¡Comenzaban una nueva vida juntos y eso era maravilloso! CASA DE PEPA Y EMILIO

Pero las cosas no fueron como la lagartija Pepa esperaba. Todas las mañanas el lagartijo Emilio salía a tomar el sol como siempre, a dar un paseo con otros lagartijos y lagartijas por la dehesa, a subirse a las encinas y a jugar al escondite como lo había hecho siempre. Lo pasaba muy bien. Pero ¡claro! Cuando llegaba a la cueva estaba tan cansado que comía cualquier cosa y salía a dormir a una de las ramas cercanas a la cueva y allí pasaba otras dos o tres horas hasta que descansaba y de nuevo se iba a jugar con sus amigos y amigas y luego, a contemplar la puesta de sol que desde que vivía allí era algo que no se perdía ni una sola tarde.

Mientras tanto, la lagartija Pepa, ordenaba la cueva y la limpiaba para que todo estuviera impecable y no hubiera nada sucio; salía a buscar provisiones y preparaba la comida para los dos. Y ¡claro! Cuando terminaba de hacer todo eso ya se había pasado toda la mañana y también se habían pasado las mejores horas de sol.

Pepa ya no podía hacer ninguna de las cosas que le gustaban y de las que antes podía disfrutar cuando tenía una cueva pequeña y vivía ella sola. Sus amigos y amigas la echaban de menos y a veces iban a visitarla para preguntarle por qué ya no hacía carrera con ellos, por qué no salía a tomar el sol a la roca grande, por qué no paseaba por la dehesa…

La lagartija Pepa les explicaba que tenía demasiado trabajo, que la cueva era demasiado grande y para que estuviera ordenada y limpia debía trabajar mucho. Un día, cuando el lagartijo Emilio se encontraba tomando el sol y Pepa estaba limpiando como siempre, el lagartijo Manuel –que siempre había sido amigo de Pepa- se acercó hasta la cueva y le dijo: -Pepa, yo creía que serías feliz cuando te vinieras a la encina grande porque ese era uno de tus sueño, pero sin embargo no eres feliz porque no te da tiempo a hacer las cosas que te gustan.¿Por qué no hablas con Emilio y le dices que él tiene que limpiar la cueva contigo y así los dos tendréis tiempo de salir a tomar el sol y a hacer carreras? TENGO MUCHAS COSAS QUE HACER…

- Pues sí, creo que tienes razón. Voy a hablar con él porque creo que así no quiero seguir.

Termina la historia como quieras....

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